Dice Valerio Marcial en uno de sus epigramas (LXXVII): Carino se encuentra bien, y sin embargo, está pálido. (Ut tamen pallet).
Posee el ser humano un huequecito sin llenar en el interior de su ser. A lo largo de los siglos de la historia habida, aún no se ha descubierto cuál es esa pieza exclusiva que todos añoramos dentro de nosotros. Osorio, el doble de Vargas Llosa, (que también es mi sombra), me comenta que la pieza de ese complicado y misterioso puzle que somos, se la comió la serpiente del paraíso, cuando fuimos sembrados por Ceres en esta tierra que nos tocó como destino. Yo le replico que, esa diosa verde a la que se refiere, tal vez se negara a depositar en nosostros ese preciado don del que andamos falto, para tenernos necesitados siempre de su ayuda. Osorio añade: ¡Mala leche la de esta jardinera, chamana o apicultora que nos dejó con la miel en los labios!
Yo con todo le pregunto también a Marcos Valerio Marcial ¿por qué su amigo Carino, teniéndolo todo, (trabajo, salud, dinero, amor y un gato amarillo), se levanta triste y deprimido todos los días del año? El poeta hispano-romano levanta a lo lejos sus ojos nostálgicos como si mirara las ruinas de su Bílbilis añorada y desaparecida. Calla un momento. Mientras, yo veo ríos de sudor culebrear por su cara de sísifo desesperanzado. Luego, tras limpiarse con el dorso de la mano su inútil fatiga sarcástica, me responde: Tal vez Albert Camus llevara razón cuando dijo que la felicidad consiste en ese sentimiento de desdicha que todos experimentamos. Pero, amigo, -insiste el epigramista- te aconsejo que no abuses tanto de citas ajenas; no favorecen en nada la elegancia de tu escritura, así como tampoco la saludable digestión de los jugos metafísicos de tu alma.
Posee el ser humano un huequecito sin llenar en el interior de su ser. A lo largo de los siglos de la historia habida, aún no se ha descubierto cuál es esa pieza exclusiva que todos añoramos dentro de nosotros. Osorio, el doble de Vargas Llosa, (que también es mi sombra), me comenta que la pieza de ese complicado y misterioso puzle que somos, se la comió la serpiente del paraíso, cuando fuimos sembrados por Ceres en esta tierra que nos tocó como destino. Yo le replico que, esa diosa verde a la que se refiere, tal vez se negara a depositar en nosostros ese preciado don del que andamos falto, para tenernos necesitados siempre de su ayuda. Osorio añade: ¡Mala leche la de esta jardinera, chamana o apicultora que nos dejó con la miel en los labios!
Yo con todo le pregunto también a Marcos Valerio Marcial ¿por qué su amigo Carino, teniéndolo todo, (trabajo, salud, dinero, amor y un gato amarillo), se levanta triste y deprimido todos los días del año? El poeta hispano-romano levanta a lo lejos sus ojos nostálgicos como si mirara las ruinas de su Bílbilis añorada y desaparecida. Calla un momento. Mientras, yo veo ríos de sudor culebrear por su cara de sísifo desesperanzado. Luego, tras limpiarse con el dorso de la mano su inútil fatiga sarcástica, me responde: Tal vez Albert Camus llevara razón cuando dijo que la felicidad consiste en ese sentimiento de desdicha que todos experimentamos. Pero, amigo, -insiste el epigramista- te aconsejo que no abuses tanto de citas ajenas; no favorecen en nada la elegancia de tu escritura, así como tampoco la saludable digestión de los jugos metafísicos de tu alma.