sábado, 6 de junio de 2009

La acequia




Y para que se fuera haciendo a la idea y no le cogiera de sopetón, le comenté yo a mi madre ya muy entrada en años:
“Más temprano que tarde todos nos vamos yendo.”
Y ella me dijo como le dice la acequia al agua que se pierde tras las cañas en esta tarde de recuerdos y de riegos:

“El miedo siempre va conmigo. Y lo mismo que el gato lleva el rabo entre las patas, no pasa un día, nublado o raso, que yo no piense en la muerte”.

Y para quedar bien por mi osadía le referí luego a mi madre aquello que dijera el poeta:
“Tratemos, madre, bien a la muerte para que cuando llegue el día ella a su vez nos dispense de buen trato y cortesía.”
Han pasado varios años de aquello y cuando en esta tarde de soledades fluidas veo correr el agua por la acequia pienso que algo mio se va con ella.

3 comentarios:

  1. Como corre el agua de la acequia, corre el tiempo, Juan ¡ Y qué mejor que dar sentido a ese tiempo que en nuestra vida corre! "Han pasado varios años...", - dices -, y ese recuerdo del paso del agua de esa acequia, te devuelve al verdadero sentido de ese correr del tiempo: no perderlo, Juan, en vanidades, vanalidades y embustes. Como hizo tu madre. Porque el agua sigue corriendo, Juan, como lo hace el tiempo.

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  2. Banalidades. Te ruego corrigas ese letra tan próxima a la "uve" en el teclado. Te lo ruega tu amiga, Alicia, (maravillas).

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  3. rectificar, quería decir. Deja ya esa "g" en el lugar de la "jota" ¡que el teclado está loco esta tarde! jajajaja....

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