jueves, 4 de junio de 2009

Sonrisa vacía



Era tan puntilloso y cumplidor para sus cosas que el solo pestañeo de sus párpados sin su consentimiento le ponía nervioso. Y es verdad que Leonardo estaba nervioso, como nervioso e inquieto está un agujero de hormigas antes de que el aguacero se lleve por delante los cofines escondidos de su atareado y escrupuloso atesoramiento. Y sólo pensar este hombre que mañana no podrá mostrar su sonrisa educada al portero de la finca lo tiene sin dormir toda la noche.

Desde aquel porrazo que cayó de bruces contra el brocal del pozo y todo sus dientes fueron a parar al fondo del aljibe, Leonardo no sólo perdió su herramienta masticadora sino también su comedida e hipócrita sonrisa.

Una risa mellada, sin el blancor alegre de una dentadura agradecida es más bien un sarcasmo, una sonrisa muda e incivilizada.

Y fue entonces cuando Leonardo se decidió acudir a un especialista para que le enseñara a reír desde dentro.

1 comentario:

  1. "...y a lo mejor
    si la sonrisa viene
    de muy
    de muy adentro
    usted puede llorar
    sencillamente
    sin desgarrarse
    sin deseperarse
    sin convocar la muerte
    ni sentirse vacía

    llorar
    sólo llorar

    entonces su sonrisa
    si todavia existe
    se vuelve un arco iris."
    (Mario Benedetti)

    A la Gioconda hasta los ojos le sonríen.

    Se puede sonreir de tantas y tantas maneras... Incluso las palabras sonríen.

    Alicia (maravillas)

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