El gobierno de Argentina (Javier Milei) en una Normativa reciente, (para evaluar a las personas con discapacidad), establece una nueva terminología catalogándolos (sic) de idiota, imbécil y débil mental. El lenguaje modula nuestra manera de entender el mundo, condiciona nuestras conductas y modifica nuestras relaciones con los demás.
Soplan vientos alérgicos a todo aquello que suene a forastero, distinto, extraño, anormal... Esta medida es un atentado a la condición humana, un retroceso, una ofensa para aquellos que sin tener culpa alguna, son como son. Por parte de algunos estamentos políticos se observa una tendencia soslayada contra cualquier colectivo, cultura, etnia, o raza que no sea como nosotros. Todo un retroceso. En unas sociedades tan avanzadas e ilustradas, estas medidas de estigma y rechazo son una vergüenza. Y no sé si un delito que clama justicia. Estemos atentos para que estos fuegos de exclusión no se propaguen. Todos pereceríamos abrasados por nuestra inhumanidad e indecencia.
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