martes, 7 de febrero de 2023

Un Dios suicida



Dice Proust: Los ateos se vuelven cristianos en los campos de batalla.

Yo diría más bien que es al revés.

Esta mañana contemplo la barbarie aniquiladora de los terremotos ocurridos ayer en Siria y Turquía, y me declaro ateo.

Y es Nietzsche el que viene ahora a consolarme: El concepto de Dios fue inventado como antítesis de la vida: concentra en sí, en espantosa unidad, todo lo nocivo, venenoso y difamador, todo el odio contra la vida. (Ecce homo).

No es posible la existencia de un Dios que permite tanta muerte y devastación. Si Dios es capaz de no hacer nada para evitar la destrucción de una de sus mezquitas en Capadocia, es un suicida. Un Dios, (si es que lo hay), debería ser otra cosa.

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