viernes, 3 de febrero de 2023

Realismo político



La literatura está siempre fuera de contexto y siempre es inactual; dice lo que no es, lo que ha sido borrado; trabaja con lo que está por venir. Funciona como el reverso puro de la lógica de la Realpolitik. (Ricardo Piglia).

Bobo de pacifismo utópico, eso es lo que eres. Revisionista de ideales caducos. Estás henchido de buenismos imposibles. Tienes que ser realista, tomar partido, partido hasta mancharte. Si a tu hermano le quitan su casa, ¿no vas a echarle una mano? Sí, pero el otro, el enemigo, el invasor, es también mi hermano –le dices al mismísimo Celaya. Cansado de tanta guerra. Cansado estás y dividido. Estás en contra de ti mismo. No sabes qué camino tomar, si el del cielo o el del infierno. ¿Qué es lo que te ha pasado desde aquella otra guerra, la de la tormenta del desierto en la que te desgañitaste por la paz? Has perdido el habla.

Hoy es otro el escenario. Pero todos los muertos son del mismo bando, de la otra orilla, allá donde no hay oasis ni flores. Andan los muertos vagando derrotados, bajo los bólidos de fuego, por los mares de Estigia, por los desfiladeros de Plutón, sin gloria ni banderas, sin escudos ni insignias, carne de cañón, sin nombre, acribillados. Todos inculpan tu reprimido llanto.

Los medios, los informativos, los periódicos, las redes te bombardean con la bondad e inteligencia de los Leopards, de los Abrams. Han hecho de ti un perito en carros de combate, de misiles de precisión, de alto alcance. Oda tras oda a la guerra, a las delicias de los tanques de combates. No se te ocurra poner en entredicho la justicia duradera de la OTAN, la solidaridad de Europa, la verdad de los americanos…, si no quieres quedar como un traidor antisistema. No repitas que si uno no quiere, dos no se pelean, acabarás siendo más iluso de lo que eras. Deja que la apología de la guerra acampe por sus fueros, que haga blanco sobre el Imagine de John Lennon, que dinamite su all the people livng life in peace. Sabes de estrategias marciales más que lo que vale una barra de pan. Estás harto. Harto de Putin. Harto de Zelenski. Los dos por igual te la traen al fresco. Y te sientes mal e incongruente, esquiofrénico, porque aquel tu viejo sentir de paz lo tienes amordazado. No estás ni con unos ni con los otros. Estás a favor de los que mueren. La muerte no hace distingos. Cada vez que un Soyuz hace blanco en el corazón del otro, revienta también tu sistema parasimpático.

Si un muerto se apostara con los brazos en cruz pidiendo vida a las puertas de tu casa, ¿te atreverías a echarlo a la calle, a decirle que la paz es una quimera? Sigues confundido. Decir no a la guerra de Ucrania no es tampoco dar la razón a Rusia. Reprimida tienes tu alma. Las verdades de ayer son las mentiras de hoy. Mentiras que tal vez mañana nos pasen factura.

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