martes, 31 de enero de 2023

Pedantes sin miga

 


La ignorancia de los demás convierte en pedante al engreído. No es el conocimiento el que nos entroniza como sabios, sino más bien la memez de los otros la que nos erige como eruditos sin miga alguna. La verdadera inteligencia no necesita encumbrarse, bien sabe ella que cuanto más se empina, más alejado queda el campo de su observación.

Filomena y Rigoberto, una pareja de recién casados, se acercan a una agencia de viajes para sacar el billete para Cancún con motivo de su boda de miel. La encargada de la agencia para formalizar su pasaje les pide el número del carné. Filomena goza de una maravillosa memoria para los números. Sin embargo en esta ocasión, la mente de la novia, tan entusiasmada y ocupada está en los preparativos de su enlace matrimonial que, cuando la dependienta de la agencia le solicita el número de su DNI, no acierta a enumerarlo correctamente. Para ello echa mano de su bolso para sacar su documento de identidad. Pero antes de que a ella le dé tiempo, ahí está el sabiondo de Rigoberto, dispuesto a machacarla más en su olvido, diciendo, (él por ella), su número exacto. Sin embargo, cuando a él le pregunta la señorita por el suyo, responde: La verdad es que no lo sé. 

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Sabemos del otro más de lo que de nosotros mismos deberíamos conocer. Sólo sé que no sé nada. (Sócrates).


1 comentario:

  1. Exacto: "dime de que presumes y te diré de que careces", me decía mi abuela desde chico. Mas tarde descubrí el mismo mensaje en el Quijote "Llaneza, muchacho, no te encumbres que toda afectación es mala". Y así andamos, intentando no hacer el ridículo demasiado.

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