viernes, 2 de diciembre de 2022

Qué fue del subcomandante Marcos


 

El otro día, en Puerto Morelos, entré en una tienda donde un mejicano de piel blanca vendía piedras preciosas de Chiapas. Le pregunté:

¿De dónde eres, hermano?

Me dijo:

Soy de Palenque.

Le comenté que allá en su tierra tenían a un pelotudo comandante indigenista que pretendía sacar de la opresión a sus compatriotas. No le hablé al mejicano de ojos azules y piel blanca de mi admiración por el subcomandante Marcos, pues noté, por el color contrarrevolucionario de su corbata, que no me entendería. Tampoco le dije que el guerrillero filósofo al que yo me refería era lector enfervorecido de Cortázar y Miguel Hernández, y que a mí personalmente me caía bien por el lenguaje un tanto poético de sus comunicados.
No será tan pelotudo este tan ilustrado y combativo personaje del que usted me habla, cuando en realidad no ha conseguido nada de lo que prometía.
A pesar de que su establecimiento estaba limpio y muy bien perfumado a base de vapores de sándalo y música clásica, salí de allí sin comprarle nada.

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