Un día te pregunté:
¿Qué momento destacarías como el más importante de tu vida?Y muy convencido me respondiste:
El instante de mi muerte.Luego me contaste lo que sentiste al dejar este mundo:
Jamás estando vivo había yo experimentado instante tan trascendental y significativo. Al ver que todos los velos de mis dudas, de mis miedos se descorrían, y exonerado era de mi pesado orgullo, de mis fatuas posesiones, solté amarras, volé y volé, y me vi ligero, un gorrión gozando a sus anchas con el azul del aire.No hay mayor mentiroso que aquel que se engaña a sí mismo. Tampoco es muy respetuoso llevarle la contraria a un muerto. Por eso, al verte tan increíblemente feliz en tu nuevo estado, no tuve valor para decirte que no andabas en lo cierto. Sólo te comenté:
Recuerda, amigo, que aquel día en que te enterramos, hacía ya miles de años que los gorriones habían desaparecido de la faz de la tierra.
Muy hermoso, Juan. Un besazo
ResponderEliminarLo anterior es de Meri
ResponderEliminar