sábado, 20 de agosto de 2022

Embustero póstumo

 


Un día te pregunté:
¿Qué momento destacarías como el más importante de tu vida?
Y muy convencido me respondiste:
El instante de mi muerte.
Luego me contaste lo que sentiste al dejar este mundo:
Jamás estando vivo había yo experimentado instante tan trascendental y significativo. Al ver que todos los velos de mis dudas, de mis miedos se descorrían, y exonerado era de mi pesado orgullo, de mis fatuas posesiones, solté amarras, volé y volé, y me vi ligero, un gorrión gozando a sus anchas con el azul del aire.
No hay mayor mentiroso que aquel que se engaña a sí mismo. Tampoco es muy respetuoso llevarle la contraria a un muerto. Por eso, al verte tan increíblemente feliz en tu nuevo estado, no tuve valor para decirte que no andabas en lo cierto. Sólo te comenté:
Recuerda, amigo, que aquel día en que te enterramos, hacía ya miles de años que los gorriones habían desaparecido de la faz de la tierra.

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