lunes, 8 de noviembre de 2021

Tres momentos de un mismo instante



ELLA
Volvía a casa en el metro después de una jornada cansada de fregar platos en aquel restaurante de las afueras. Sin venir a cuento un joven zarandeó mis senos. Me resistí y empezó a darme bofetadas. Me llamó zorra, sudaca de mierda. Quedé tumbada en el suelo. Enfrente de mí pude ver a malas penas a otro viajero que indiferente a lo que a mí me sucedía, miraba al cristal insensible de la ventanilla.

ÉL
Aquella joven, por el color parecía sudamericana. Regresaba a su casa después de una dura jornada fregando platos en el mesón del polígono industrial por cuyos alrededores yo mercadeaba hierba. No era la primera vez que me cruzaba con ella. Sentí asco y deseo al mismo tiempo. El vagón estaba de bote en bote. Yo, justo detrás. Me apreté lo más que pude. Disimuladamente le palpé los pechos.

YO
Le mire fijamente a la cara. Sus pelos desordenados sobre la frente arrugada. Su nariz huraña. Los labios estirados dejaban ver sus dientes astillados y negros de nicotina. Sus manos violadoras. De un empujón la dejó tumbada en el suelo. Me arrepentí haber subido en ese vagón. Yo era en ese momento el cristal frío de la ventanilla en el que se reflejaba escandalizada la tarde. Luego llegué a casa y vi en las noticias como unos camilleros sacaban del vagón a la misma chica inconsciente… Una joven inmigrante ha sido agredida en el metro ante la mirada cobarde de unos pasajeros…

No hay comentarios:

Publicar un comentario