sábado, 13 de noviembre de 2021

Pan, tocino y aceite



Llevo más de mil años sin escribir una gota. Y tengo la sensación de no haber vivido nunca. Sumergido, anclado en la Mesopotamia prehistórica paso mis días tontamente. Todo se va al garete, como quien de comer da a la mula del belén de Salcillo. Al no transcribir lo ocurrido, ni el ojo vio ni el oído oyó. Si Julio César no hubiese escrito De bello gálico, nadie hasta hoy habría traspasado el Rubicón. Y mentira sería también aquello de Alea iacta est. Aunque si fuera verdad, a mí, ¿qué me importaría? si no sé lo que el general romano quiso decir con semejante latinajo ¿Acaso sabríamos hoy de las hazañas de Agamenón, si Homero no hubiese escrito la Illíada? ¿Daríamos por libro histórico la Biblia, si unos pastores no hubiesen dado con los manuscritos del Mar Muerto?

Lo mismo digo de las leyendas de nuestros antepasados al calor de la lumbre. Si mi abuela no me hubiese contado que su padre era dueño de un campo de oliveras, yo no estaría sopando gratis ahora este sabroso moje con pan, tocino y aceite. Pues eso: ¡escribir es vivir! Ya lo dijo José Luis Sampedro. Aunque para comer no nos baste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario