miércoles, 25 de agosto de 2021

Lágrimas verdes

 


De lo que le aconteció a Flori aquel día de calores insoportables en el que Messi rompió a llorar a cántaros en su despedida del Barsa.
Mundo loco. Calores que matan, o la verdad por un tubo caleidoscópico. Flori lleva un tiempo en el que las coordenadas de la lógica se le superponen en el cerebro de su particular manicomio, y no atina a saber si ahora es antes, después o nunca; o si lo que cuenta es real o soñado. Pero entre estas letras y ella no hay trampa ni cartón. Otra cosa es que esta entrada responda o no a la verdad de los quereres y decires de este hagiógrafo de pacotilla. La verdad infundida es por el ministerio interesado del morbo, la rentabilidad de la mentira más creíble.

Flori trabaja a tiempo parcial limpiando las letrinas del Camp-Nou. Ella ni siquiera está segura de ser azulgrana. Nació siendo del Barsa, o tal vez su alma fuera culé antes de ser engendrada. Lo único cierto es que su madre la parió en la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares. Luego, en cuanto salió del trullo quiso pasarse al púrpura trapicheo de los billetes verdes, y casi se la come un venado, al intentar alquilar sus nalgas por una misión noble. Y en su particular esquizo-sesera hoy cuece al mismo tiempo causas pías e indecentes, un tofu para dar de comer a su amante, un inmigrante que vino por el mar turbio desde los cielos famélicos de Bangladesh.

¿A quién engañaría la muchacha si dijera que sus palabras no huelen a garbanzos requemados, y que los huevos que puso a cocer en el cazo reventaron, y que toda la casa okupa de Lavapiés en la que vive con su negro huele a podrido? Ella también cuenta que el otro día vio a Messi en una rueda de prensa. Y quedó prendada de sus lágrimas verdes, de sus ojos escurridizos, esas aceitunas dulces, rellenas, a reventar de binladens a 500 pavos la pieza. ¿Y sus pies? Más rápidos que los de Ulises en busca de la pasta gansa. El quiebre de sus caderas. Su infinitesimal regate. Ella dice que Lionel al terminar la rueda de prensa fue al aseo donde ella pasaba la bayeta a los lingotes de oro de la grifería del baño, que la cogió de la cintura y le dijo: ¡Movámonos, nena, hagamos el ocho infinito con nuestros cuerpos! Luego, si hicieron el amor, ella no se acuerda. Pero es tan fuerte lo que por el crack futbolero siente, que se inventaría un sueño así, al igual que aquel otro cuerdo-loco de la Mancha se sacó de la manga su virtuosísima Dulcinea.

Flori volvió en sí. Lionel por supuesto allí no estaba, ni en las duchas, ni en el aroma a linimento de su atrofiada mente pituitaria. De nuevo me ha engañado el sueño, -exclamó toda desilusionada. Y siguió con su tarea. Y al ir a limpiar la tapadera del váter, ¡bendita casualidad! se encontró el pañuelo empapado de las lágrimas verdes con el que Messi secó su reptiliano y bursátil llanto.

Ella no deja de abrazar al bengalí, al tiempo que le dice:
 ¿Por qué no sacamos a la reventa entre los socios del club el moquero del argentino?
Su novio dice ahora a su amantísima Flor:
Mi amor, te estás volviendo loca.
Luego lo que sigue de esta entrada, ya lo dijo en su día la retorcida prensa:
Limpiadora de la sede del Club de Fútbol Barcelona se hace con el kleenex con el que Messi enjugó sus lágrimas en su despedida. Una de las plataformas más prestigiosas de la red ha puesto a subasta el célebre pañuelo de papel. Se sabe que un laboratorio médico ha llegado a pagar un millón de dólares. Su intención es utilizar su valor de clonación para…


No hay comentarios:

Publicar un comentario