No hace ni dos meses que murió Isabel, una antigua amiga y compañera de trabajo. Y hoy por casualidad me encuentro, con ocasión de aquel día que celebramos su jubilación, un folio firmado por ella misma. Este escrito da cuenta de una etapa de su vida, su vida laboral. Al leerlo, después de 25 años, descubro como una síntesis de toda una vida consagrada a un compromiso con un barrio, sus gentes y sus instituciones, un barrio, el de Los Rosales de El Palmar que, junto con otros muchos de nuestro país, fue vanguardia y punta de lanza del Movimiento Vecinal, lo que hoy llamamos Participación Ciudadana. Todo un proceso democratizador que arrancó en la clandestinidad franquista, hasta llegar a las primeras elecciones del 15 de junio de 1977. Y que todavía está sin culminar. Sin la implicación directa de los ciudadanos de a pie en la política, la democracia es un engaño, una victoria a medias. La democracia por definición quiere decir que la titularidad del poder recae en el pueblo: la base. Palabra que aunque resulte retórica y manipulada, bien se corresponde con el Artículo 1 de nuestra Constitución: La soberanía nacional reside en el pueblo español. Cita, por cierto, a la que todos acudimos saltándonos a la torera su contenido de obligado cumplimiento.
No es mi intención enrollarme con especulaciones y ensayos acerca de la importancia de que los ciudadanos estemos presentes en las decisiones políticas. Cuando a uno no se le da el teorizar, no es sociólogo de profesión, tertuliano, ni licenciado en ciencias políticas, lo que sí debiera hacer es decir las cosas a su modo. Y es así como a través de esta carta que me sabe a fértil despedida, Isabel nos cuenta su experiencia ciudadana:
Los Rosales.
Murcia 9 / 2 / 1995
Queridas amigas y amigos: ha llegado el momento de poner fin a una etapa de mi vida y empezar otra. Y cada vez que algo acaba se nos presenta la ocasión de hacer memoria de todo lo vivido o realizado,
Enumerarlo todo sería difícil porque he vivido entre vosotros experiencias que han calado hondo en mi vida. Juntos iniciamos un proyecto de escuela popular cercana a la vida que nos rodeaba y atenta a sus necesidades, una educación personalizada que tuviera en cuenta la realidad social, el sueño de una utopía que tuviera como objetivo a la persona desde su primera infancia. El esfuerzo de formar grupo responsable a nivel de trabajo… el sueño de llegar a una sociedad de iguales…
Es mucho lo que he vivido con vosotros. Empezar mi primer trabajo en un ambiente popular con conciencia de clase. Conseguir que la Guardería fuera laboral y trabajando de forma participativa y corresponsable con los padres de los niños. La lucha desigual por lograr que todo el personal entrara en el I.N.A.S. (Instituto Nacional de Asistencia Social. Ministerio de Sanidad)), entrevistas a nivel político en Murcia y Madrid. Sabotaje para poder entrar en la Escuela Infantil. El inmediato desalojo, las clases y el comedor al aire libre. Las noches alrededor del fuego. Las asambleas y manifestaciones. Los comentarios por la radio y los manifiestos en la Prensa. Diálogos a alto nivel de la Administración… y todo eso vivido en grupo y apoyado por el grupo,
Y un Grupo con nombres propios que me ayudaron a aceptar sintiéndome aceptada, a querer palpando el amor que me teníais, a comprobar sabiendo relativizar diferencias que miradas después de un tiempo de ausencia se van difuminando.
Si gozar de la vida es vivir, creo que he vivido plenamente entre vosotros, y juntos riendo y respirando hemos vivido el mismo viento de la vida. Hemos pasado años muy buenos. Hemos gozado lo bueno de una amistad abierta y sincera.
Me llevo de cada uno de vosotros todo lo bueno que me habéis dado. Por eso la copa para el brindis con vuestro nombre, quedará siempre llena de vida y esperanza. Gracias por todo.
Isabel Ortín
Gracias por todo Isabel, fuiste un ejemplo para tod@s, y para amigos/as y vecinos/as, y tambien un reconocimiento a todo el Barrio, por su entrega y coraje, sin su apoyo, no hubiera sido posible, el tiunfo de la razon, la guarderia, la linea de alta tension que cruzaba el barrio, y que se pudo soterrar, la recogida de las basuras por el interior del barrio, y un proyecto de convivencia, trespetado, por vecinos y autiridades, para mi fue un lujo cooperar con todos vosotros/as, mi reconocimiento a todas/os.
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