miércoles, 8 de enero de 2020

A dónde ir a por agua





Cuando los caudales del ayer ya no la arrastran a los sonrojados labios de su novio infiel....

Cuando las brisas de aquel atardecer en la playa del Secano ya no alivian los sudores de sus cielos apagados...

Cuando ya no le duelen las heridas ajenas, ni la sangre de la mujer hoy asesinada...

Cuando ya ningún dios le dice nada, sólo letras muertas salen de su boca apócrifa y maloliente...

Cuando el día con su disco de fuego abrasa sus carnes vacías de cópulas y besos...

Cuando el corazón y su mente ya no encuentran cartones ni estrellas con los que abrigar soledades y sueños....

Cuando la madreselva ya no huele, ni los gorriones cantan, ni los naranjos adornan aceras, ni exhalan primaveras...

Cuando los caballos no vuelan y la nubes se enredan inamovibles entre los espinos y los quebrantos de las montañas malhumoradas por el engaño de un joven desleal y caprichoso...

Cuando ni el Mozart estimulante, ni el Miguel Ríos con su nuevo sol, ni Neruda con sus versos de rocío alegran ya sus oídos de despecho enmudecidos...

Cuando la joven se entera que su novio anda casado con una mujer de fuera..., las aguas del río dejan de correr por la ribera...

Cuando ya ninguna mano sobre su vientre hundido despierta el cauce que alimentaba el laurel y el trigo...

Cuando las horas se confunden con el blanco inmortal de un túnel sin salida....

Cuando ya la luz le importa un bledo y el rin rin del despertador del alba ya no suena, ni pinta azules...

Y ahora, cuando ya todas las fuentes y los manantiales de la tierra se han secado, ¿a dónde irá esta joven a por agua?

Cuando nada, cuando todo, cuando ya no llueve, cuando ya no hay nadie,... y ajada y sola la muchacha se muere...

En el pueblo dicen que murió de sed; pero bien sabe el novio que fue su embustero y dual amor quien la llevó a la sepultura.

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