miércoles, 18 de febrero de 2015

Comentario de un seguidor bloguero cuyo nombre revelar no quiero.





También en primavera se mueren los cisnes (Charles Bukowski)

Vuelvo la vista a tus entradas recientes y te veo como un gilipollas flirteando con tus lectores como lo haría una corista con su amante de turno. A un hombre se le pide hablar de política, de fútbol, de finanzas y boxeo. Últimamente te leo y creo que pierdes sebo por una pata. Abres la boca sólo para decir estupideces acerca de la belleza y la bondad, con ese deje rimbombante y acorbatado, filosofando como gato en celo por encima de las claraboyas del Folies Bergere.

De ser un una persona hecha y derecha, en lugar de hablar del sexo de los ángeles, de caminos iniciáticos, de hilos y corazones, de misticismos a granel, deberías hablar de la taquicardia generada a la enésima potencia por las hermosas y galopantes caderas del Poder. Intentas poner nombre a tu soledad, aguar tu mala leche, compensar tus frustraciones con palabras de algodones en azúcar. Quieres fundir los cascos polares con la tenue llama de tu escribir ahuecado, hermanar las antípodas, cuadrar las cuentas de tu culpabilidad edénica.

Yo en tu lugar me subiría al cuadrilátero de la realidad y del mercado, le sacudiría al árbitro un par de mamporros, acabaría con la contienda amañada de la fiesta que se avecina y abriría la olla de los grillos que se alimentan de la sangre de los justos. Pero no, he aquí que te veo envuelto con el celofán poético, sáfico, onírico y seudo literario, de quien huye de la quema e intenta camuflar su cobardía en aras de las altas letras.

Utilizas tu blog como refugio y placebo, como inútil tapadera de la muerte insalvable, vacuna incurable de tus miedos, como estratagema para encumbrarte como un dios entre fofas nubes, impotente de lanzar siquiera un mal rayo de amor a tu cortesana inexistente. Citas a esos poetas blandos y débiles que escondidos en sus poemas nunca consumaron como Dios manda el verso de un coito bien hecho.

Eres un encubridor, como vosotros, nosotros y ellos, como todos los sujetos del verbo amar, como Platón, que desde su cueva nos vende plumas por pelos. Renuncia, mi querido Blao, de una vez por todas a tus logismos empalagosos, embusteros, pegajosos en manos de gente de baba incauta. Reconoce que con tus entradas sólo intentas cubrir tus vergüenzas, revestir tu simpleza con la altisonancia de una urraca coja, travestida y más sosa que un huevo sin sal ni aceite.

3 comentarios:

  1. Mi reverencia y genuflexión a Blao de quien espero haga caso omiso a lo que le dice el bloguero. Sin Blao, Internet no sería el mismo.

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  2. No entiendo a ese tipo de gente que siente la necesidad imperiosa de opinar donde no le han pedido opinión, siempre dispuestos a dictar sentencia.
    Un saludo.

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  3. Sin duda, es un gran comentario. Tal vez debamos estar más cerca de las realidades pero... un blog no es en absoluto incompatible con otras actividades tan necesarias, y más, de la citadas por ese comentarista. Cada uno debe saber cuan en la calle está y cuan en la red.

    · Saludos

    · CR · & · LMA ·

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