¡Qué quieres que te diga sin tu aliento!
Me tiene sepultado tu callada,
Mi carne sin tu verbo ya no es nada.
Me mata que te vayas como el viento,
Un viento que me deja en la estacada
Vacío de sentido y sentimiento.
Por dentro tu silencio a fuego lento
Mi casa deja sorda y desolada
Como playa seca ¡y qué putada!
Sin verso, ni palabra, ni un lamento.
¡Genial! ¡Genial! ¡genial!
ResponderEliminarEs perfecto en rima, en ritmo, en imágenes...y ese ¡que putada! es el toque contemporáneo que hace de este poema una pieza para ponerle música...por lo menos.
Un abrazo