"... y ahí donde el ser en sí mismo se sumerge, ahí nace la palabra." (T.S. Elliot)
Si buscas la originalidad, la gloria o simplemente el que te lean, mejor no escribas. Si quieres darte a conocer, no te exhibas entre el bombo y los platillos de las letras sobradas. Hoy se escribe más que se lee. De la abundancia nace la ruina. Inflación escrituraria. Debido a la superproducción de cítricos a mi abuelo el año pasado le dieron por los limones cuatro perras. La luz nace de la oscuridad. Figúrate que eres un pingüino en medio de una playa de la Antártida y quieres que te reconozcan unos primos que han venido del pueblo. Dios y ayuda necesitarían tus parientes para dar contigo, a no ser que en lugar de llevar esmoquin, vistieras las bermudas de doña Urraca.
¡Me apena ver tanto libro en capilla, a la espera de su ejecución fatal! Siete vidas y un día necesitarían mis ojos para alumbrar los libros que almaceno en el desván de mi filiobibliomanía. Sus páginas se morirán con los pies pajizos porque no podré darles el gusto de ser leídos. Ágrafo deberíamos ser y no contribuir a tanta saturación babélica capaz de aburrir al más compulsivo lector de guías telefónicas.
En lugar de galardonar a los escritores, debieran premiar a sus lectores. O mejor: el escritor debiera pagar al lector su diezmo merecido por contribuir con su afición lectora a mantener vivo el ego de su autoría.
Y al hilo de tanta murga publicista, recuerdo lo que me dijo mi librero el otro día:
Juan, los libros debieran ser como las cebollas, ¡que no llegaran al año! Tal vez así, reduciendo su excedente, valoraríamos su existencia.
como siempre estimado amigo nos regalas sublimes y veraces letras, un besin de esta admiradora que te desea feliz fin de semana.
ResponderEliminarYo escribo por placer...y lo hago desde que me reconozco. Son mis desahogos palabreros.
ResponderEliminarBesicos desde el Mar Menor.
Ohhh... Estoy bastante de acuerdo contigo. Es cierto que la abundancia produce la ruina...
ResponderEliminarSaludos de un escritor amateur...