miércoles, 24 de noviembre de 2010

Señor Presidente

En primer lugar, mis respetos, señor Presidente, y también mi apoyo a las últimas medidas de su gobierno para atajar la crisis. No me importa, en estos momentos de dificultades y penurias, cambiar mi habitual estrategia de contradecirle por sistema.

No me importa el partido en el que usted milita, ni los colores de su ideología, ni tampoco mi programa, ni siquiera la gaviota desde la que hasta ahora he comandado como jefe de la Oposición mis huestes azules contra sus objetivos con tan certera puntería. Cuando las cosas pintan bastos de tan mala manera para todos, salvar el pellejo patrio es prioridad. Y ahora lo único importante es detener el desenfreno salvaje de este capitalismo contagioso que no hace distingos entre sotas y caballos. Que lo que son Idus hoy, mañana pueden ser Calendas.

Por tanto, en favor de los intereses generales del País, renuncio a una convocatoria de elecciones anticipadas, a la ventaja conyuntural que me conceden los sondeos de ser el futuro Presidente. Repito, no busco la confrontación, tampoco su defenestración y desalojo de la Moncloa, señor Presidente; sinceramente, bien lo sabe Dios, lo único que me mueve aún a riesgo de ser su eterno oponente, es la salvación nacional.

Dicen que la holgazanería es la madre de todos los vicios, pues no, señor Presidente, que a mi se me ha ocurrido una idea. Mi sesera no para. Y desde que Irlanda y Grecia pusieron nuestras barbas a remojo, vengo yo madurando a la sombra de la calle Génova una propuesta, que no dudo será aceptada por su sensatez y juicio ponderado. De ahí mi adelantada y generosa disposición a afrontar juntos y de la mano este desgraciado mal que nos hermana. El dolor y la desgracia ajena, también en política, unen más que otra cosa.

Y ya sin más dilación y considerandos paso con su venia a la exposición de mi propuesta.

Las grandes ideas suelen ser sencillas, escuetas: se trata simplemente de suprimir el Ministerio de Sanidad en su totalidad, así como las Consejerías de Salud de todas las Comunidades Autónomas. No es un disparate, ni una metáfora, tampoco una ironía gallega. No estoy loco, señor Presidente. Así que, por favor, baje sus manos de la cabeza.

Tengo yo un pariente, doctor en Estudios de Genética Avanzada, que acaba de localizar el gen de la enfermedad. Y según él, bastaría tan sólo positivar dicho genoma con un poco de agua hervida en ácido colhídrico para informatizar la salud de por vida. Lo que en román palatino significa que todo ser vivo, activado con esta simple y barata sustancia, llegaría al final de sus días sin sufrir enfermedad alguna. A este gen de la enfermedad -le he dicho yo a mi primo- más bien tendríamos que llamarlo Gen de Dios.

Extinguido el Ministerio de Sanidad, con su presupuesto para el año próximo ahorrado, y el de las partidas de todas las consejerías de salud, sumaríamos el total suficiente para saldar los 166 mil millones de euros de nuestra deuda pública.

No se lo piense dos veces, señor Presidente, juntos podemos. Juntos..., y un poco de agua hervida.

Atentamente

4 comentarios:

  1. Y si eso es dificil, acabemos con el inoperante Sedado, que seguro que también finaliza la deuda pública del Estado por un año o los sucesivos.

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  2. ¡Madre mía!
    Lo del acido colhídrico qué vine de la col..?
    No doy crédito a lo que dice quién firma la carta...¿Será verdad? o es que has jugado con la inoperante decostrucción de la Oposición...je,je..
    En fin esperando aclaración sobre el tema ya nos tendrás informado...

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  3. Con tan poca salud mental, virus que propaga la sede de la calle Génova, no es precisamente el departamento de Salud el que eliminaría en este rincón del planeta que los franceses llaman Espagne. Ni el de Educación tampoco, por eso de que lleva muchos, muchos años de retraso. Sin embargo, se me ocurre echar cuentas de las guerras "preventivas" y su departamento. Quizás ahorrando ahí se saquen cuentas que salden las deudas economicas, y de paso dejemos vivir en paz a otros pueblos, que también tienen derecho a vivir como les dé la real gana ¿o no, Juan? Mens sana in corpore sano.

    Y un abrazo

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  4. · Una adecuada inversión en AEP12 posiblemente ayudaría algo. Esas píldoras, dos diarias durante una semana, haría que aquellos político inútiles dejaran se ser operativos.
    · AEP12. Autoextinción programada 2012

    No políticos abstenerse. No se conocen los efectos secundarios.

    · Saludos

    CR & LMA
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    ·

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