jueves, 2 de septiembre de 2010

Abrazando la nada

J'aime le souvenir de ces époques nues,
dont Phoebus se plaisait à dorer les statues.


(Ch. Baudelaire)


Dios es imposible le dije el otro día a un amigo. Y esta mañana de nostalgias adolescentes me digo a mi mismo:
Si Dios fuese la soledad de esta ausencia que ahora me endulza el recuerdo, tal vez Dios tendría sentido. Y enjugaría este dolor con su celestial pañuelo.
Y más me duele la imposibilidad de un Dios injustificado e irracional que su vacío mismo. Y esta ausencia filosófica y material de Dios que en estos momentos añoro, y me recome, es la misma ausencia de mis amigos idos, de mis juguetes perdidos, de mi madre muerta, de mi orfebrería rota; y que ahora, precisamente debido a sus muertes, en estos momentos siento y me abrazo a ellas, lo mismo que me abrazaba a Dios en los tiempos devotos de mi infancia volatizada. Y es que voy siempre abrazando a la nada.

Antes, cuando las puertas del desánimo se me cerraban, siempre me quedaba un rincón acogedor al que acudir, en el que refugiarme. Hoy mis lágrimas ni siquiera encuentran el surco de mi cara en el que verter su llanto, ni mis palabras canal donde verter su canto. Antes, cuando aburrido y rechazado, no tenía un sitio a donde ir, siempre me quedaba un rincón querido por visitar.

¿Pero a dónde voy ahora, cuando no tengo ningún abrevadero donde saciar mi apego? Cuando todas las estaciones de las que salí ya no existen, ¿de dónde vengo?

2 comentarios:

  1. Pobre Blao! Lástima que se confunda la idea de Dios con las palabras y los actos de quienes creen que son sus representantes "legítimos", son ellos quienes más ateos han creado.
    Un abrazo, Juan

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  2. VOY SIEMPRE ABRAZANDO LA NADA... Ahí me quedo.

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