Me equivoqué de Iglesia.
En aquel templo no veneraban al Dios de mis creencias.
Me equivoqué de senda.
Aquel camino no llevaba a ninguna parte.
Me equivoqué de Dios.
Atea era su fe, y sus rezos, marchas militares.
Me equivoqué de tiempo
Me equivoqué de hora.
Me equivoqué de hermano.
Me equivoqué de pueblo.
Me pasé tres calles.
La clase obrera
clase ya no era.
Las huelgas, individuales.
Equivoqué el partido.
Quitaron de sus siglas el acento,
la interjención y las vocales.
Me equivoqué de oficio.
Nunca supe obedecer al amo.
Ni hacer la o con un canuto.
Me perdía en las verdades.
Me equivoqué de mí...
Pero para entonces ya fue tarde.
Llegué antes de que me dieran
tiempo a cambiarme.
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