miércoles, 3 de marzo de 2010

El eje de la Tierra

Fotos sacadas por una agencia japonesa antes y después del terremoto de Chile.


Puesto que vivo en una lejana orilla, más allá de las antípodas, ajeno a pellejo ajeno, donde sólo se menea aquello que palpo y veo, no sentí conmoción alguna en el terremoto de Lisboa, ni en el de Chile, ni tampoco en el de Lorca que está a tres palmos de mi casa. Según dicen los científicos cada vez que un seismo se encabrita con la Tierra la inclinación de su quicio, los pernios de su colgadura se trastocan como puerta desencajada, como grúa de adobes movida por el vendaval.

Tras el último terremoto la desviación del eje de nuestro planeta quedó reflejada en el sismógrafo de Nueva York, el más exacto medidor de todo tipo de alteraciones ultrasónicas, incluidas tanto las del espíritu como las de la bolsa.

Tres grados coma siete fue exactamente el dato señalado por las agujas del marcador electromagnético sobre un ángulo de noventa, lo que quiere decir que la tierra en su conjunto tras los postreros cataclismos se doblegó hacia su horizontalidad un palmo más o menos. De seguir con esta racha de desvanecimientos geofísicos según mi profano entender muy pronto quedará invalidado el principio matemático de que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. Como siempre y por desgracia, el atajo para cubrir más rápido el trayecto de la vida, será la muerte. Y de continuar con esta tendencia, además de perder la perpendicularidad fotosintética que no es propia y nos mantiene en vertical con la mirada siempre en las estrellas, muy pronto llegaremos a besar el suelo.

Dicho de otra manera: seremos más reverenciosos y agradecidos con la tierra. Con todo el respeto a las calamidades habidas: no hay mal que por bien no venga.

2 comentarios:

  1. Muy bien hilado el suceso y muy bueno su sentido del humor, la ironía en su justa medida.
    A mi estos temas me dan que pensar. ¿No le parece asombroso que el eje de la tierra se desplace? Y lo decimos, asi, como si dijéramos que hoy comimos pan con chorizo, como si eso no tuviera importancia alguna.

    Como bien dices, "no hay mal que por bien no venga", y algunos que debieran inclinarse y ser agradecidos, empezarán a hacerlo :-)

    Un abrazo.

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  2. El Apocalipsis se aproxima. En fin, a todo puerco le llega su san martín...¿Será la Tierra un enorme cerdo?

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