lunes, 9 de junio de 2008

Agua de borrajas


Colgado en las musarañas de la entelequia divina ando perdido en la endeble credulidad de sus dogmas. Si yo fuera Dios (Dios no lo quiera) inventaría una religión sin ritos, sin sacrificios, atea, sin intermediarios, incruenta. Los símbolos de la liturgia siempre me dejan a medio, nunca me sacian del todo, me sangran las heridas del deseo.

Cuando entre salmodias y prédicas estoy ya en la entrada de la gloria, el cántico que me llevó hasta el portal de sus mieles se desvanece y toda la historia sagrada queda en aguas de borrajas. De nuevo la muerte, la sangre, el cordero inmolado.

Dios pone la inmortalidad del alma a huevo de sus fieles. Pero nadie ni siquiera Mafalda se bajaría de este mundo por mucho que todo fuera un asco.

Si me dieran a elegir entre mi cuerpo y mi alma, elegiría el cuerpo. Del alma yo no soy su dueño, me la robó anoche un sueño que se perdió en la niebla.

Que yo no quiero ir al cielo de los humanos, ni al de los curas, ni siquiera al de los mahometanos, que es uno de los mejores, que quiero que me dejen en el cielo de esta tierra. Yo no me moriré, me morirán, o como dijo un amigo mio: “ojalá que el morir no me mate”.

1 comentario:

  1. Hola Blao!

    Es bueno leerte hasta de la muerte.
    Muchos Saludos desde México.

    TETE

    ResponderEliminar