Letra sin letras

“EL Comité Olímpico Español (COE), y el Consejo de

Dirección de la Sociedad General de Autores (SGAE), se

reunieron ayer para fijar los plazos para la elección del

texto que podría convertirse en la letra del himno nacional.”

“Date prisa, hijo que vas a llegar tarde”, me reprochaba mi madre todas las mañanas antes de ir a la escuela. De mayor sigo igual de tardón. Y esta mañana cuando he ido a presentar mi composición al concurso “Letras para el Himno de España” me dicen que ha vencido el plazo.

A mí la marcha real no me pone la carne de gallina, no vibro, no me saltan las lágrimas cuando escucho “Viva España, alzad los brazos, hijos del pueblo español, que vuelve a resurgir”, tampoco me veo como una piña abrazado a mis compatriotas al oir la marcha real o granadera que para mí es lo mismo, las mismas bombas sobre los mismos tejados, siempre llenos de goteras.

No quiero cantar a otros yunques, a otras ruedas al compás de los himnos políticos de otra fe fundamentalista y contemporánea. “La patria son mis hermanos que están labrando la tierra”. Y si esto es desacato, que me juzgue el tribunal constitucional por expresar mis sentimientos sin recato.

Para una vez en la historia que teníamos la oportunidad de presentarnos al mundo como un país abierto, sin letras ni fronteras, sin himnos ni banderas, viene ahora la COE y un grupo de liberales a izar su propuesta patriotera.

Por lo dicho ya no hace falta que os desvele mi letra rechazada y fuera de plazo que cuando callan las palabras, habla el silencio. Mi manuscrito iba completamente en blanco. Letra sin letras