domingo, 17 de octubre de 2021

Están solos los floridos senderos



Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida, Alfonsina, vestida de mar.
          (Mercedes Sosa)


Estoy frente al mar. Sus olas están cabreadas. No por ello su gesto contradictorio y altivo deja de seducirme. Me pasa lo mismo cuando veo a una mujer que llora. La hermosura triste de su rostro me encanta. Las facciones airadas dejan al descubierto su belleza más natural y profunda.

Esta mañana el mar se muestra tal cual es, sin pudores, sus vergüenzas. El mar no es hoy la blanda cama donde la luna pasó la noche acurrucada bajo sus sábanas de plata. Están solos los floridos senderos. (La caricia perdida. Alfonsina Storni)Huele el mar a catarsis y cáncer, a gris tumultuoso, aceite pringoso de barcos viejos junto al varadero. Y ese gesto ceñudo de sus olas me permite ver la belleza de su intimidad más profunda.

Hoy el mar no es el balcón de un beso de contemplación afortunado. Y me acuerdo de Alfonsina Storni y la comprendo. Como comprendo a aquel enamorado de la luna que al verla escondida debajo del cobertor del agua, allá que capuzó su dolor y su locura para yacer eternamente con ella.

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