miércoles, 10 de junio de 2020

Taller de lectura


Una barba leonina. Las solapas de un gabán ruso rodean su cuello. A leer se empieza y se termina en casa, con esta frase empieza la conferencia. Más bien es una charla sui géneris, llena de poesía, felices exabruptos, repeticiones que no cansan. Este hombre es pura improvisación creadora, aventura, imagen y sonido. Todos los que asistimos, al instante, envueltos, seducidos, cantando nos vemos, escenificando, jugando, imitando, marcando los ritmos de las citas y gestos del animador que hoy nos ha tocado en suerte.
En la calle hay una plaza,
en la plaza hay una casa,
en la sala hay una cama,
en la cama hay una dama,
una dama enamorada.
La lectura es un acto de soledad, un acto creador, los personajes cobran vida gracias al evocador conjuro de los lectores.

Carmen Gaite. Teresa de Ávila: Allá en el retrete del alma... en la habitación de atrás.

La lectura es un instrumento a nuestro alcance para sacar de nosotros lo mejor, para transformarnos en aquello que en realidad somos, en aquello que no somos y que con tantas ganas queremos llegar a ser. También lo contrario: cuando leo, dejo de ser la nimiedad que soy, y hasta llego a querer a mi más fiero enemigo que conmigo siempre llevo a cuesta. La lectura, además de mi preferido rincón apaciguado, es la línea de fuego donde todos los días venzo al enemigo... es el yunque donde forjo y ablando mis durezas..., donde sublimo mis miserias, donde amaino mi soberbia. Es mi pan de cada día.

Mi tiempo de lectura es el que más placer me produce, donde mejor me encuentro, donde logro ser yo y a la vez estar a bien conmigo mismo.

Un día, más pronto que tarde, dejaré de escribir, pero de la lectura, jamás creo que me canse.


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