martes, 17 de enero de 2017

Dólar Trump




Cuando Pepe Párraga realizó aquel su primer pirograbado La salvación viene de los pobres, (dado el esperpento y la extravagancia que muestran algunos de los personajes de su representación bíblica), no sé si escogería dicho título para que entendiéramos la excentricidad, el buenismo y el contrasentido de esta frase; o tal vez el pintor murciano estuviera convencido del beati pauperes del sermón de la montaña de san Mateo.

El diploma de nuestra salvación no sé si algún día nos vendrá de la generosidad de un mendigo, de un recién nacido con una mano delante y otra detrás. Lo que sí tengo claro es que de la fortuna de los 10.000 millones de dólares de Dólar Trump ningún harapiento de Brooklyn, verá un sólo centavo. Riqueza y avaricia, las dos patas del homo económicus de Stuart Mill.

Ser pobre no supone ningún plus, a no ser que la indigencia, nos dote de sensibilidad, conocimiento y empatía para saber qué cosas de verdad merecen la pena en esta vida.

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