jueves, 22 de agosto de 2013

Tus bellos ojos y tu dulce boca





Tus bellos ojos y tu dulce boca
de luz divina y de oloroso aliento
envidia el claro sol y adora el viento
por lo que el uno ve y el otro toca.
(Pedro Espinosa. 1578 - 1650)


Para saber si las profecías se cumplen o no, a veces hay que esperar muchos años. Tus bellos ojos y tu dulce boca, es el título del libro de Mr. Jones Key, y también, el primer verso del segundo cuarteto de un sonteto de Pedro Espinosa. Este libro está escrito al estilo de las predicciones de Nostradamus. Pero el escritor escocés sigue en su investigación el camino inverso al de Les veritables propheties del maestro del vaticinio por excelencia. Para Key la profecía se cumplió mucho antes que se anunciara.

El accidente ocurrido bajo el Pont del Alma no se debió a la conducción ebria y temeraria de un chófer que quería sortear a los paparazzi por las calles de París. Con bastante anterioridad el crimen ya estaba planeado. En las páginas del libro los supuestos autores del mortal atropello aparecen debidamente retratados, así como las pruebas que lo demuestran. Pero tanto pruebas como criminales hay que descubrirlos bajo una atenta e inteligente combinación de vagas referencias y crípticas alusiones entrelazadas que nos guiñan el ojo a través de las cuatrocientas páginas de la novela. Y así como un valioso tesoro se conserva en una caja fuerte y bien blindada, Key guarda cifrada y protegida la identidad de los asesinos, recurriendo a claves de distinto signo: vestigios matemáticos, astrológicos e incluso literarios, como el siguiente pareado, incipit del tercer capítulo: Tu me dejaste por casto; / yo te desgarro por cuatro.

No hace falta decir que esta obra trata del complot de los servicios secretos británicos en la extraña muerte Lady Di. El lector, si es avispado, al término de Tus bellos ojos y tu dulce boca, podrá, como quien completa un sudoku, conocer los nombres y apellidos de los verdaderos responsables de aquel fatídico suceso que hizo llorar al Reino Unido hasta sobrepasar el Támesis un metro su caudal habitual.

Lo que yo quería resaltar en esta crónica, no son los ecos de sociedad de esta principesca y rocambolesca historia, (en estos días avivada por su aniversario), sino lo que le ocurrió realmente a Mr. Jones Key con motivo de la presentación de su libro. Aquel sábado de finales de agosto tenía lugar la puesta de largo de Tus bellos ojos y tu dulce boca. El sitio elegido por la editorial para dar a conocer oficialmente su primicia: la prestigiosa British Library del Reino Unido. Scotland Yard tenía conocimiento del acto. Además a la policía le preocupaba el contenido incriminatorio del libro. El dispositivo de seguridad desplegado en torno al mismo fue de máxima alerta. Las terrazas de la Biblioteca Británica estaban sembradas de francotiradores. La policía real militar controlaba todos los accesos al edificio. Y agentes de paisano, camuflados entre el público, pendientes de cualquier movimiento sospechoso. Se temía que el acto fuese boicoteado para que los nombres de los cuatro principales sospechosos de la muerte de la princesa de Gales siguieran ocultos tras su inmunidad privilegiada. Se rumoreaba que estos cuatro jinetes sospechosos podrían pertenecer al ala más radical del partido conservador, o ser personas relevantes de la misma casa real.

Los amantes de la literatura de Key sabíamos de las maneras estrafalarias de este escritor excéntrico. Pero su vestir desaliñado, su barba descuidada, sus faldones chillones, como su estilo desenfadado y provocador, en ningún momento mermaban su calidad literaria, como tampoco el rigor de los temas en los que se ocupa. Key es un escritor empirista que utiliza la ficción como método para llegar a la realidad que denuncia, realidad que el determinismo malévolo se encargará luego de convertir en la más equivocada de las posibilidades históricas.

También sabemos de los hábitos culturales de las fuerzas del orden. Apuntando alto, con  Machiavelo, las películas de Rambo y los Cuentos de los Hermanos Grimm, ya van sobrados. Y así con este bagaje intelectual es como el inspector Dupin, encargado de vigilar la segunda puerta lateral de la Brigith Library, detuvo a Mr. Key cuando éste se disponía a acceder a la sala de conferencias. El acto por supuesto fue suspendido por la ausencia no justificada del exponente principal, el autor literario de Tus bellos ojos y tu dulce boca.

Luego, vendrían las disculpas, tanto de la editorial como las de la policía, no dando importancia al asunto: Sabíamos perfectamente quién era Mr. Jones Key.  Lo que nunca creímos es que su aspecto se pareciera tanto a un delincuente de barrio, - comentó el portavoz de la comisaría londinense de Westminster.
Y como final de este incidente, una breve consideración personal, o mejor una pregunta: ¿El mismo Mr. Jones Key no sería acaso uno de los cuatro sospechosos que se describen en la novela como asesinos de Ladi Dy? Para enterarme tendré que leer con detenimiento Tus bellos ojos y tu dulce boca. Pero debido a la extraña circunstancia acaecida el día de su Presentación, el intrigante libro sigue aún sin estar a la venta. El original, a día de hoy, es objeto de un minucioso estudio por parte de un equipo de astrólogos, críticos literarios, criminalistas, espiritistas,... todos ellos cualificados funcionarios de los servicios secretos del Reino Unido.

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