sábado, 29 de diciembre de 2012

Referendum a la catalana


En peleas de credo y política la imaginación se alza en llamaradas de “infantería” bélica, golpes de estado, patadas en las espinillas, regias declaraciones, (como si de su majestad dependiera la eternidad). Luego ni el juez más versado, tribunales constitucionales en regla, podrán apagar con su veredicto de agua seca la encendida contienda de cerrazón y paja entre patriotas y nacionalistas, monárquicos o pujolistas.

Le hablaba yo a mi amigo del poder milagroso de la prensa:
Los medios de comunicación pueden matar al más viviente de los mortales. Y éste a su vez seguir vivo como lechuga fresca.
Y para probar mi aserto traía yo a colación aquella noticia dada por un periódico galo sobre la muerte en extrañas circunstancias de una célebre cabaretista encontrada muerta en su apartamento. Luego se sabría que la finada no fue la famosa bailarina, sino una simple femme de chambre, que días antes se había instalado en el mismo piso que aquella. Y fue ésta, la sirvienta, y no la cupletista, la que se quitó de en medio con un kilo de pastillas. El periodista, llevado de la prisa e impelido por la celebridad de la actriz, no contrastó el luctuoso “affaire” y a bocajarro estampó en Le Parisien :
Actrice retrouvé mort hier après-midi dans sa appartement de Champs-Elysées.
Y mi amigo, el mismo que un día me dijo que había que tener el cuerpo quieto para que el alma no se espantara, me cortó en seco para contarme a su vez otro acontecimiento que al caso venía con el que yo le estaba refiriendo:
No hace falta rastrear por las hemerotecas de diarios extranjeros para demostrar la tesis de que no sucede lo que ocurre, sino lo que los medios cuentan. Sin ir más lejos en nuestro pueblo, hace unos años, un tal Zumosol, el hijo del Guiños, se enzarzó con su primo“el Yordan” por politiquerías acerca de la convocatoria de un referéndum que un tal independentista quiso hacer en la testera del cuerno derecho de un toro ibérico. La refriega entre los dos vecinos fue de órdago y no llegaron a las manos porque una granizada imprevista de sopetón y a la fuerza metió a los dos catilinarios en sus respectivas madrigueras.
Pero no quedó ahí la cosa. Al día siguiente por despecho o por venganza, uno de ellos, en concreto el Zumosol, mandó una esquela a la prensa diciendo que el Yordan había muerto de una parada cardíaca. Y hasta pagó al chófer de la funeraria para que por plazas y callejones anunciara con los altavoces a toda cebolla el deceso del hijo del Guiños.

No tardaron en llegar a la casa de la mujer del Yordan coronas, pésames y condolencias. El Yordan, hombre ducho en la refriega no se dejó amedrantar por la puñalada trapera de su primo el Zumosol, sino que encajó bien el embuste, y se hizo pasar por muerto. Luego de ser enterrado se embarcó para Acapulco. Y es allí, o en Suiza, que da lo mismo, (ambos suite o paraíso), donde hoy disfruta de unos quinientos mil euros, el seguro de vida que tenía contratado con la aseguradora Ficosa.

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