viernes, 4 de mayo de 2012

Consejo de ministros



Nada más despertarme esta mañana y saber que era viernes, me acordé del bacalao, del Presidente, de la cuaresma, de los ayunos de semana santa, de la Báñez dando latigazos al derecho laboral, de los días de abstinencia, de la carne de Soraya, de las grasas de don Guindos, de los paraos del gólgota, del calvario de la sanidad, del elefante blanco, de los mandobles a todo lo que se menea por el domador de Hacienda, del vía crucis de la educación, de las tijeras en ristre de un gobierno crucificador, si es que aún queda algo por enclavar en este puto país de procesiones, de cilicio y penitencia.

Y me pregunté ¿con qué saeta nos sorprenderá hoy el consejo de ministros?

Y creí ver al preboste de agricultura como cofrade y portavoz más apropiado en rueda de prensa a tenor del contenido de lo tratado, que leía una proposición de ley más o menos en estos términos:


Por la presente se hace saber a los súbditos en edad fiscal del reino de España, que a partir del presente decreto, y mientras persista el tiempo de recesión económica, todos los viernes del año dichos ciudadanos tendrán la obligación de contribuir con un día de ayuno a la agencia tributaria.
Terminada su lectura, el ministro comentaría luego de modo informal: No hace falta añadir que todas estas medidas, movidos por nuestra fe en los milagros, han sido tomadas a nuestro pesar y por culpa del gobierno anterior. Y solamente tendrán carácter transitorio y excepcional. Es decir, indefinidamente.


* Imagen de Fernando-Nano.

1 comentario: