lunes, 21 de marzo de 2011

Odisea al amanecer


El comandante antes de zarpar hacia Bengasi le encargó al soldado que en el vientre del Tomahawk escribiera con trazos bien grandes Amanecer. La palabra a su manera protestó. Ella, hoy precisamente día internacional de la Poesía, no había nacido para el combate:
Mi misión es la de desentumecer las sombras, iluminar el alba, pintar de colores la costa, despertar a las aves, abrillantar las olas. Es tan despreciable, traicionero y aberrante encumbrar a poesía la guerra, como utilizar a un niño de kamikaze. No va conmigo la mentira, yo he nacido para decir lo que pienso.
Y en cuestión de segundos el comandante activó el dispositivo del misil y la palabra hecha añicos saltó por los aires.

1 comentario:

  1. Qué bien explicado el cuerpo y la razón de la poesía. A ella no le van los emblemas y las razones terrenales sino es mucho más que eso, está por encima de lo tangible, porque es la fuga del alma, tan alejada de todo incluso de lo humano, ella vuela con alas propias y se separa del hombre aunque el hombre la haya creado, es un soplo distinto enteramente inexplicable.

    Un abrazo Juan

    mepm

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