En estos días vacacionales de pugna y confusionismo entre el reino de la Fantasía y el imperio del Pragmatismo trato de atemperar sus desgarradas secuelas tanto en mi desavenida opinión como en mis quehaceres a contracorriente. Y para ello, hoy sobre todo, víspera de los Reyes Magos, acudo a L. Frank Baum y releo El Mago de Oz:
No sé dónde está Kansas, porque nunca he oído, hablar de ese país. Dime, ¿es un país civilizado?
Claro que sí —respondió Dorothy.
Eso lo explica todo. Tengo entendido que no quedan brujas en los países civilizados; ni magos ni hechiceros. Pero el País de Oz nunca ha sido civilizado, pues estamos aislados del resto del mundo. Por lo tanto hay todavía entre nosotros brujas y magos.
Ya lo que creo que hay brujas ¡ y qué brujas las brujas! Bueno, lo importante, Juan, está en este ir y venir de las palabras que tienen decoro, seriedad, dignidad. Y que los Magos de Oriente nos aporten esperanzas, que la inspiración ya vendrá...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a los dos