Si Octavio Paz dijo que las cosas son el nombre, lo mismo pudieran decir mis ganas de trascendencia que el sombrero, que olvidado se dejó mi amigo en la cruz de este almendro, es su alma que no ha muerto.
Y como "aquel clavo grande a la derecha de la puerta de la entrada" en el que Catherine Mansfield tenía colgada su jaula vacía, (no sé si porque ella creía que su pájaro aún vivía), yo después de cinco años que Custodio ya no viene por la casa, aún respeto su sombrero. Y hasta que el tiempo, el aire, los calores y el olvido no se deshagan de esta prenda ... Pues yo tampoco.
Hasta esta mañana, que al ir al huerto, ya no he visto el sombrero de Custodio. Si hubiese sido mi amigo el que tal vez lo cogiera, yo lo habría visto. Siempre que venía me saludaba primero: ¡Hola!, ¿cómo estás, mi amigo? al tiempo que se quitaba el sombrero. Lo dejaba en cualquier parte, como aquel día que me ayudó a coger la almendra; y luego con vino compartimos aquel queso bien curado con el que me obsequiaba de vez en cuando.
Por aquel entonces Custodio para ser él mismo, no necesitaba hablar, aparentar, ni llevar puesto el sombrero; pero hoy como ya no está entre nosotros..., tal vez por eso ha venido. En este tiempo que entramos empiezan los vientos, las escarchas y los miedos; y ¡quién sabe si allá donde Custodio vive ahora, también los fríos le aconsejen llevar puesto su sombrero!
Qué bonica historia la que nos cuentas hoy,ese sombrero en la cruz del árbol de tu amigo Manuel,me ha traído recuerdos de mi abuelo Manuel, un huertano con boina y blusón, simpre con la güita bajo el brazo y "tejiendo" una cuerda...
ResponderEliminarLlega es verdad el tiempo de vientos y escarcha(que bonita palabra) casi en desuso por tanto ladrillo cercano, a ese si hay que tenerle miedo.
Juan, no te olvido aunque venga poco por tu ventana...Me gusta el nuevo aire que le has dado al blog, tan lleno de alegría y color...Sabes, no sé por qué no se me actualiza tu blog en el mío ya le he cambiado la configuración varias veces pero siempre está el último y a veces sólo llego a los primeros...Y no sabes como lo siento porque me gusta mucho lo que dices y cómo los escribes....
BESICOS desde la urbe.