lunes, 22 de febrero de 2010

La soledad del seductor



¡Siempre la misma verdad, ordinaria y aburrida, vieja y repetitiva! Por eso cuando escribo recurro a la mentira como fuente de imaginación y cordura porque mi vida apesta, asola y me cansa.

Más o menos eso sentí cuando leí tu exordio a modo de editorial:
"La imaginación no es sino la abstracción de la realidad. Unicamente imaginamos o inferimos a partir de lo que previamente conocemos." (*)
Se nos anticipó Pessoa con su poeta fingidor que finge constantemente, a tu ocurrencia, a mi vomitera nada insólita, ínfulas y diarrea de muchas letras, muchos libros, un sólo libro, el libro de la porquería de un existencialismo amargo emulado a la categoría de ciencia. Y así como tampoco nada es verdad, sino puta apreciación, tampoco nada es mentira. Todo es harina cernida que luego se queda en nada. La tarde airosa aventó el grano y nos dejó en la era con el culo en la paja. La imaginación no existe y si existiera no nace ex nihilo, sino del conocimiento. Y tampoco; sino de la realidad que a su vez no es real, ni original siquiera, sino mera abstracción y quimera de nuestra percepción falsamente llamada inteligencia.

(*) Juan Espallardo
Molínea
Decimoctavo encuentro
19 de Febrero 2010

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