martes, 24 de noviembre de 2009

Sentido


Desde el día en que supe que tras una ilusión se esconde un revés, los sueños se me atragantaron. Ya no sueño con historias, imágenes ni amaneceres místicos. Sólo de vez en cuando sueño con letras perdidas, inconexas que durante el día me afano en construir una palabra decente con ellas.

Que hago yo, solo en el campo,
que hago yo solo en el campo,
Yo no enamoro ni canto,
yo no canto ni enamoro
(1)

Anoche soñé con la ese, la e, la ene.... Siete letras. La irracionalidad del sueño me impidió unir todas las grafías que dieran texto y significado al vacío, a la hora cero, al otoño nublado, a la tristeza del árbol, al llanto de un puente ahogado de letras.

"¿Cual sería esa palabra de la cual yo era una sílaba"? (2)
Nada más despertar, antes de que las letras se escaparan, o ellas (mejor dicho) me olvidaran, las guardé en la caja de los ansiolíticos para que luego en el mar de ojos de la noche de los siete candelabros apagados combatir el insomnio de las sombras sin sentido.



(1) El cantar tiene sentido. Amancio Prada
(2) Arenas movedizas. Octavio Paz

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