
En los años noventa, Contra el viento, novela ganadora este año del Premio Planeta, fue ya título de otra obra editada por el escritor Xavier Alcalá. Ángeles Caso y su editorial han sido por tanto acusados de apoderarse de vocablos que no son suyos.
Y es que el primer infante que de su angelical boca salió la palabra madre, debiera haberla registrado, para evitar que la retahila de hijos que en la tierra somos la repitiéramos luego sin el permiso debido.
Vivir es un plagio. Imita el hombre el graznido del cuervo sin venir a cuento. Toma la tierra el color del otoño que extiende y refleja su amarillo oscuro en los cristales de la entrecortada tarde. Transporta el músico el cantar del agua en su partitura sin el consentimiento del río. Sediento el mar roba el azul del cielo espléndido.
¡Ay de los niños si no copiaran con sus graciosos balbuceos los gracejos del abuelo! Piedras seríamos de la vereda callada, falluta semilla, fósiles estancados en la orilla de un camino sin acceso.
¡Hola, Juan! Te voy a contar una anécdota reciente: un escritor y tu amiga "maravillas" estábamos buscando el título a una novela (todavía sin publicar), y resultó que el título elegido era el título de una película, de la que nunca tuve conocimiento. Y, como comprenderás, hemos cambiado el título a la novela. Ya veremos... Pero es muy distinto cuando esa, - llamémosle - "coincidencia", ocurre en la página de los cuentos, con versos, títulos, o relatos publicados hace tiempo. Entonces, estamos hablando de un soberano plagio, por muy registrado que presuma estar el plagio, porque siempre será muy posterior a la publicación ( y a otras publicaciones en otros espacios), y, por supuesto, al acto de la creación del verdadero autor. La Literatura es el arte de crear (recrear) con palabras, no el de copiar. Aunque también hay que reconocer que somos el producto de muchas lecturas, pero no recientes, y mucho menos aún en espacios "coincidentes". Sé que me sigues... Y sigo admirando a Blao, esa pluma inspirada por Azulada, amigo Juan.
ResponderEliminarY siempre un fuerte abrazo.
Alicia