
Pepita le dijo al señor Lucientes:
"Haga lo que quiera, seré lo que usted pinte"Nunca dejaba el pintor que ojo alguno, ni animal ni humano, mirara su obra antes de estar acabada. No hay persona importante que no tenga sus manías. Todos las tenemos; pero no celebradas. Que cuanto más tonta y ridícula es la manía de un artista, más nombradía parecen que tienen sus obras.
Después de cada sesión el de Fuendetodos cerraba a cal y canto la puerta del taller para que el "semihundido", su perro, con su gafe aliento, o la mirada peleona de los gatos de la sirvienta no echaran a perder su trabajo. E impedía a Pepita ansiosa que quería seguir día a día el proceso de su cuerpo trascendido en la pintura:
"Tampoco mi abuela cuando hacía el ajo dejaba que la mirara. Que se me corta, decía."El pintor no necesitaba luces del exterior. Las cortinas corridas. Todas sus creaciones nacían del fondo de su secreta bodega, de la morada interior del castillo oculto de su sordera. Ni siquiera un gorrión dede la repisa de la ventana podía otear con su indiscreción curiosa su creación inconclusa.
Y al cabo de siete semanas y setenta y siete sesiones, cuando el óleo ya tenía fecha y firma, el artista consintió que Pepita Tudó viera su propio cuerpo desnudo en el cuadro implantado sobre el caballete, a pesar de haber posado vestida.
Y le dijo a Pepita:
"Ya está, ¡esa eres tu!"Y desde entonces la amante de Manuel Godoy dejó de llamarse Josefina Tudó para ser siempre la Maja de Goya.
¡Genial, genial...! Don Francisco de Goya y Lucientes. La Historia retratada, con sus aquelarres. Cada vez que visito el Prado, entro, y no salgo de la Sala de Goya. Un poco de Velazquez, y un breve paseo por "las majas" de Rubens, que tanto admiraba por su hermosura mi abuelo. No sé si has leído la obra de Buero Vallejo, "el sueño de la razón", porque en ella habla de la sordera de conciencia, esa que tú no padeces. También te recomiendo: "un soñador para un pueblo"; "Lázaro en su laberinto"; y cómo no, "Diálogo secreto", en el que nos presenta a un crítico de pintura dáltonico. ¡Qué me ha encantado, Juan, qué me ha encantado! Y ya sabes que soy fiel al amigo, por su calidez, y a sus creaciones por su calidad.
ResponderEliminarUn abrazo
(maravillas)