viernes, 22 de mayo de 2009

Entonces



Entonces el trigo se medía por fanegas, y la cebada por celemines, y la leche por cuartillos, y un saco de patatas se pesaba en la romana. Entonces un cuarterón valía tres litros, y media libra de arroz doscientos gramos. Un perro gordo eran diez céntimos, y un real dos perras gordas y una chica, y las cajas de ahorros eran orzas empotradas y no esos trastos de cajeros de hoy que parecen confesionarios del diablo. Entonces cinco cántaros de agua valían cinco céntimos, cuatro onzas de jabón...

Entonces el Señor resucitaba a las diez de la mañana. Y no como ahora, a media noche. La gente entonces daba golpes en las puertas de las casas y los demonios desaparecían, los fantasmas huían despavoridos. Hoy todo es un disparate. La cosa no va bien. Con decirte que entonces media libra de bacalao valía dos reales.

Entonces quien se hacía un traje se lo pagaba al sastre. Y no como ahora que hay quien se viste de gorra.

1 comentario:

  1. Avanzamos a tropezones y siempre con la misma piedra, de ahí la nostalgia.
    Un gran abrazo de
    maravillas

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