martes, 7 de abril de 2009

Hilemorfismo



Según el dicho escolástico todas las cosas tienden a constituirse en su propia esencia, hasta aquellas que no tienen conocimiento. El objetivo de la flor es florecer, el río quiere llegar al mar y la senda serpentea hasta encontrar su clareo en medio de la espesura.

Y aquella palabra sin descanso pretendía hacerse oír, ser escuchada, y no sólo parecer una ventosidad sin consistencia.
“¿Hay alguien?”
Frustrada de no poder erigirse en sustancia vagaba aquella palabra, flatus vocis, de casa en casa como un alma en pena. El sonido anhelaba su significado como busca la sal el agua.

Y como era un niño el que la decía, más perplejo se quedaba cada vez que la gritaba sin encontrar nunca la respuesta. El niño llamaba a su madre, como llaman las cañas del panizo a las nubes que más tarde o más temprano siempre nos traerán la lluvia, la lluvia de la esperanza.

Pero hay palabras, como aquel niño, que son huérfanos de padre y madre. Carecen de materia y forma. Flores castradas de su fragancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario