lunes, 13 de abril de 2009

El renacido


Con la camioneta cargada de las mejores palabras iba el Renacido camino a la ciudad encubierta, esa que llaman La Aparecida. Allí pensaba vender su mercancía en la plaza de la Iglesia donde todos los domingos ponen el mercado.

Pero al entrar en la ciudad tres oficiales de la Curia vestidos de inquisición le hacen el alto. Suben al carro. Y como perros tras la droga revuelven cada una de sus palabras. El Renacido sin inmutarse pregunta:
“¿Pero qué buscan?”
El oficial más viejo, displicente le contesta:
“Buscamos una idea que anoche mientras dormía se le perdió al Obispo. Y como las mejores ideas van por ahí disfrazadas de palabras, tal vez la guardes aquí en tu remolque escondida.”
Con cara de resucitado el renacido les dice:
“No son las ideas las que se disfrazan de palabras, somos más bien nosotros los que no sabemos dar con ellas.”
Luego de terminar los agentes sin éxito el registro, dejan seguir su camino al Renacido, quien para sus adentros se queja: “¡Lástima que no supieran que era yo mismo lo que buscaban!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario