miércoles, 1 de octubre de 2008

Memento




Y aquella noche vi en sueños a un gusano de espaldas que entraba a robar en mi casa. Grité con todas mis fuerzas que se detuviera. El gusano se volvió, pero no pude ver (*) su cara . Y me dijo:
“Más importante que tu propiedad y tu vida es el recuerdo.”
El gusano siguió en su empeño, impertérrito, obcecado como el sueño, se adueñó de todo lo que encontró en mi casa, y hasta la casa entera desde sus cimientos al tejado se llevó. Toda mi hacienda quedó desmantelada como una hoja de parra devorada por las avispas.

Mi grito ahogado me levantó de la cama. Siempre me despiertan los sueños. Cuando el miedo se hace más irresistible un mecanismo de autodefensa me avisa y al momento estoy en vela.

Y ya despierto me encuentro con el ladrón en persona en medio de mi habitación expoliada. Y me dice:
“Un trato: te devuelvo todo lo que te he robado si a cambio me das tu recuerdo”
Imbécil de mi accedí a su propuesta. Y heme a aquí ahora de nuevo con todas mis pertenencias, pero sin saber si yo soy su dueño. No te mueres cuando te mueres sino cuando ya nadie te recuerda.

(*) Un sicólogo amigo me dijo un día que cuando soñamos con alguien a quien no podemos ver su cara, esa persona somos nosotros mismos.

1 comentario: