sábado, 22 de diciembre de 2007

Motín en el pesebre


No, no crean ustedes que les voy a dar la brasa con aquel rey que convirtió el “por qué no te callas” en el estribillo del himno nacional de la república de las Zacatolias.

El rey ante el cual hoy yo rindo mi pleitesía no es otro sino ese negro de oscuro linaje que fue contratado por la Asociación de Vecinos de mi barrio para repartir entre la chiquillería los regalos en la cabalgata de estas fiestas.

Y no por fuerza este hombre es de Oriente como dijo Leví, el cobrador de impuestos, que puede ser del este o del mediodía, polonés o mahometano. Los historiadores discrepan de su procedencia y también la policía.

Como no tiene papeles ni sabemos su nombre, lo llamaré Baltasar, que así lo llama mi hijo que le ha escrito que le traiga un trozo de aquella estrella que se le cayó a este rey cuando se despidió de los suyos allá por los desiertos de Arabia.

El inspector de inmigración le pide ahora la documentación al camello de este hombre, al cordero de Abrahan, a la burra del portal, al novio del rey Herodes. Ni siquiera la oveja del pastorcillo se libra de las pesquisas del oficial de extranjería.

Baltasar al ver la movida de la pasma echa a correr, pero es muy corto su vuelo. En el siguiente control aquel puto madero lo trinca vendiendo clines a las puertas del mercado de Verónicas.

La paloma de la paz no está para mojigangas este invierno de vacas flacas que anda muy ocupada y lleva en su pico una mordaza y en sus alas unas esposas que la tienen encerrada en un centro policial de Sangonera la Verde.

Los hijos de nuestro barrio se quedarán estas fiestas sin el azul de la estrella, sin su pedazo de nube, sin la caricia de un mar que está triste porque ha visto en el llanto de sus olas morir a muchos subsaharianos. Todos los niños del barrio se quedarán también sin la rama del olivo que con tanta ilusión le pidieron al Baltasar de sus sueños.

Luego en nochebuena el resto de las figuras del belén al verse en minoría absoluta decidirán en solidaridad con el encarcelamiento del rey Baltasar no posar en el belén de la plaza del cardenal Belluga. “Motín en el pesebre” leeremos mañana en una pequeña nota escondida en la prensa regional.

Tan sólo me queda contar que el hombre contratado para que representara el papel del rey mago en las fiestas de nuestro barrio en estos momentos vuela expulsado de una tierra que es de todos en un avión de Iberia a costa del presupuesto de la ilusión de unos niños que este año no podrán besar a su querido rey negro.