sábado, 3 de noviembre de 2012

Desazón



Nunca creyó en el sueño de haber sido Primer Ministro, Camarlengo o Presidente del Deutshe Bank, por eso al despertar no le dolió dejar de ser el Faraón de las Américas.

En cambio, anoche, cuando soñó que al cabo de cinco años en el paro, por fin conseguía un empleo, al levantarse estuvo todo el día llorando, por ser mentira que había sido durante cinco minutos monosabio de la Monumental de Barcelona.

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