lunes, 14 de diciembre de 2009

Morir mirando



Escribir es leer. Por eso anoche, nada más terminar "El príncipe de Vómero", primer relato de "Estancos del Chiado" (*) , me puse con esto que ahora cuelgo como quien tiende una manta o una mancha al sol del mediodía para airear o limpiar olores o impurezas tras una noche de zozobras.

Leer es también recordar. Y la lectura me mostró una secuencia de mi vida, que como espejo roto cogí del suelo para tratar de reconstruir parte de una imagen desdibujada en la escarcha de una madrugada abandonada allá en la memoria de las postrimerías de un invierno añejo de telarañas de plata.

Y anoche en el trozo de cristal de las letras de Fernando Clemot vi reflejado en el rostro del célebre Antonio de Curtis a mi amigo, aquel pintor de sensualidades y amores desnudos, que antes de morir, me pidió que lo llevara al estanque que hay junto a su casa. Quería mi amigo morir contemplando el silencioso nadar de unos patos en el parque que todavía añoran tristes aquella su mirada aferrada a los colores del agua.

Hay quien quiere que la muerte lo sorprenda extasisado, extrañado en algo que quiso en vida fuese su ocupación preferente. Hay quien prefiere morir prendado de las hogueras del otoño, o al calor amarillo de unas llamas en diciembre, o cosido al arco iris. Totò de Curtis quiso hacerlo frente al mar de Nápoles. Y mi amigo quiso morir a las puertas mismas de la primavera afanado en terminar su mejor cuadro, el jardín de su mirada, el blanco nadar de unos patos inocentes por el ambarino de hoy: su fluir varado.


(*) Estancos del Chiado. Fernando Clemot. Premio Setenil 2009. Ayuntamiento de Molina

1 comentario:

  1. Morir mirando, qué título, a mí que no me sorprenda sino que caiga con su mazo en la testa y ya, todo a negro.Sorprendida si despierto luego del garrotazo eso si y mejor si me muestra mundillos exagerados, pintados de colores fosforecentes donde nadie hable sino que mentalice y otorgue algo más que comunicación. Qué linda prosa te viste Juan, tienes un gran don.

    Y es verdad lo que dices con respecto a la lectura siempre y cuando caigas en buenas manos.

    Saludos gentiles y agradecidos.

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