martes, 30 de junio de 2009

Yo maté a Julio Cesar


"Cuando sobre el papel la pluma escribe,
a cualquier hora solitaria.
¿Quién la guía?"


Octavio Paz


Y fueron aquellas palabras las que cogieron la mano del inspector y lo llevaron al lugar de los hechos, al teatro de Pompeyo.

Nunca me hubiera creído capaz de escribir aquello. ¡Hacía tantos años!

En una de las mudanzas que del monte al llano hice a lo largo de la vida, mi sirvienta encontró aquella esquela en las páginas de la Historia Universal de Herodoto. Y fue con el cuento a la policía.

Por el trazo singular y virulento el perito dedujo que aquel texto era de mi autoría y que pertenecía a mis años mozos.

Luego el juez me hizo escribir de nuevo las mismas palabras para comprobar su correspondencia. Y comentó:
"Ciertamente parece la misma persona la que las dos esquelas escribiera. Si aquella de la adolescencia es enérgica y engreída, ésta de ahora: triste y contrita. Pero ambas: vibrantes y decididas. Puño y letra del mismo autor son sin duda. Y tu escritura te delata responsable del magnicidio".
Es cierto. Yo escribí aquella nota; pero no fui yo quien asesinó a Julio Cesar, fueron las palabras que sin querer ni saber me llevaron a clavar el puñal en la espalda del dictador de Roma.

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