domingo, 28 de junio de 2009

Crisis sicológica



Y cuando después del “periodo” me sacaron por primera vez al patio, me alegré un montón, pues allí mismo tropecé con un antiguo colega. Y entre abrazos de camaradería y militancia renovada le dije:
“¿Cómo te va en este trullo de mierda?”
Dos años hacía que al “carabina” lo habían trincado por culpa de la vieja escopeta ciega heredada de su abuelo. Mi antiguo colegionario de fatigas ufano la ostentaba sobre la chimenea del salón. Y como el arma se parecía a la utilizada contra el presidente de Estados Unidos, los inspectores decidieron enchironarlo tras un registro rutinario en la casa extramuros de la ciudad donde vivía acompañado de un par de gatos retozones y melosos. Que lo mismo aquella escopeta un bien día y arreglada, según el comisario de la secreta, podría dispararse contra los mismísimos huevos del Caudillo.
“De puta madre, tronco, aquí apoltronado estoy como un rajá. Vida muelle, mujeres fáciles y confort a tutiplén.”
Siempre mi amigo de clandestinidades y utopías fue hombre alegre y dicharachero. El tiempo de rejas no le robó ni el humor ni su ironía.

Y cuando hoy, después de aquellos lodos de persecución y tiranías, oigo decir a quien vive bien que “la crisis es sólo sicológica”, me acuerdo de mi buen amigo el “carabina”. No le valió el buen ánimo para quitarse de encima sus tres años de en el talego.

1 comentario:

  1. Es un festín pasar por aquí. Un rincón para pensar y disfrutar del sentido, el compromiso y la belleza que pueden custodiar las palabras. Y como siempre, Blao, nos regala además, una muy apropiada imagen. Mis felicitaciones, Juan.

    Alicia(maravillas)

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