
“Desconfiad de los cosmopolitas que van lejos a buscar en sus libros obligaciones que no se dignan cumplir en torno de ellos. Esa filosofía la practican los tártaros.”Emilio. Libro I. Rousseau
El oráculo habló por su boca ilustrada y sus palabras fueron saetas clavadas en el corazón del humillado alumno. Que el discípulo nació para ser blanco de las enseñanzas de quien tiene la sartén por el mango. Y si alguien tuviera que bajarse del burro nunca sería el maestro, que él debe cabalgar montado sobre las patas del ignorante. A los discentes les toca apechugar la reprimenda, lamer la mano, degustar la "Summa lectionis" de quien alimenta con adobadas algarrobas la supina insapiencia de lerdos y analfabetos.
Existe también otra educación, pero ésta la pintan calva, y es estar convencido de que el conocimiento no sólo reside en quien enseña sino también en las dudas y en los errores de quien por aprender se afana.
hola Blao;
ResponderEliminarno me cabe duda que eres mejor maestro que alumno y viceversa.
Compruebo una y otra vez cómo sorbes las ideas, las situaciones y los sentires ajenos cuando comentas sus "confidencias" tienes una sensibilidad finísima a la hora de ocupar el lugar de otra criatura, otra situación, otro...
Además tu variedad e ingenio te hacen eternamente interesante y nada previsible.
Gracias por tantas enseñanzas, y larga vida para poder caminar junto a ti, si no a la par sí pisando talones, y dando lata jeje. como alumna, medio-analfabeta, y muy extrovertida que me costa soy.
Seguiré dando lata, preguntando, y
empujando para cuando se te ocurra descansar no sea por mucho ratico.
Saludos pues maestro.