sábado, 16 de agosto de 2008

La otra educación



“Desconfiad de los cosmopolitas que van lejos a buscar en sus libros obligaciones que no se dignan cumplir en torno de ellos. Esa filosofía la practican los tártaros.”
Emilio. Libro I. Rousseau

El oráculo habló por su boca ilustrada y sus palabras fueron saetas clavadas en el corazón del humillado alumno. Que el discípulo nació para ser blanco de las enseñanzas de quien tiene la sartén por el mango. Y si alguien tuviera que bajarse del burro nunca sería el maestro, que él debe cabalgar montado sobre las patas del ignorante. A los discentes les toca apechugar la reprimenda, lamer la mano, degustar la "Summa lectionis" de quien alimenta con adobadas algarrobas la supina insapiencia de lerdos y analfabetos.

Existe también otra educación, pero ésta la pintan calva, y es estar convencido de que el conocimiento no sólo reside en quien enseña sino también en las dudas y en los errores de quien por aprender se afana.

1 comentario:

  1. hola Blao;
    no me cabe duda que eres mejor maestro que alumno y viceversa.
    Compruebo una y otra vez cómo sorbes las ideas, las situaciones y los sentires ajenos cuando comentas sus "confidencias" tienes una sensibilidad finísima a la hora de ocupar el lugar de otra criatura, otra situación, otro...
    Además tu variedad e ingenio te hacen eternamente interesante y nada previsible.
    Gracias por tantas enseñanzas, y larga vida para poder caminar junto a ti, si no a la par sí pisando talones, y dando lata jeje. como alumna, medio-analfabeta, y muy extrovertida que me costa soy.
    Seguiré dando lata, preguntando, y
    empujando para cuando se te ocurra descansar no sea por mucho ratico.
    Saludos pues maestro.

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