sábado, 31 de octubre de 2020

Nunca te vi llorar

 



Nunca te vi llorar.
Un mar sin agua es tu cuerpo,
seco como el desierto.
Tu velero anclado está
desangelado en el puerto. 
Si tal vez llorar pudiera,
la dulzura de mi llanto
aliviaría mi pena
y las lágrimas navieras
volar dejarían mi barco. 
Quisiera yo comprender
por qué tus ojos de sal, 
dolidos de soledad, 
como un triste atardecer 
callados de luz están.
La luz que ves tú en mi cara
es de la espada su brillo
que con su filo rebana
los latidos de mi alma, 
anegada en su castillo.
Ríes sin ser feliz.
Mentirosa es tu sonrisa,
liza que se eterniza
desde la aurora hasta el fin
como la muerte remisa.
Hay quien se ríe llorando, 
yo he de llorar sonriendo
cantando mi alegre llanto
por los abrojos del campo, 
como las olas al viento.



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