miércoles, 28 de octubre de 2009

Aclaración



No suelo volver a mis escritos. Será porque no puedo escapar de ellos. Pero hoy regreso al jueves pasado y releo El último domingo. Y me sorprendo, no por lo que allí dije, que no es nuevo (monotemática de paranoia de identidades supuestas, fechas equivocadas, florituras reducidas a búsquedas perdidas y no encontradas), sino porque no me acuerdo de que escribiera aquello. Yo siempre visceral, pagado y pegado a mi mismo. Me autocito como una gallina, y no sé escribir desde la perspectiva distante, extrovertida y ajena que requiere la originalidad. No doy con el palo del arte desde donde cantar otros amaneceres.

Y me acuerdo de Alejo Carpentier cuando dijo que "los escritores no eligen los libros que escriben, son los libros los que eligen al escritor."

Cuando me pongo a escribir lo hago intencionadamente. Utilizo algunas notas sacadas de borradores, cualquier papel a mano en los que apunto un hecho, lo que me suscita una imagen, me sugiere una lectura, o lo que un sentimiento me alegra o hiere. Nunca escribo sin más, sino que de antemano sé a donde quiero llegar, al menos lo intuyo; aunque jamás lo consigo.

Y hoy cuando vuelvo a leer la resumida historia de una niña muerta de cáncer antes de tiempo (todos nos morimos antes de la cuenta), reconozco que nada de eso estaba en mi mente antes de escribirlo. Ella sin yo saberlo me eligió para que la enterrara. Y ahora me siento culpable de matar a una niña que no sé quien es y ni siquiera conozco. No debiera escribir para no hacer sufrir o matar a nadie. Pero entonces el muerto sería yo.

Lo que yo quise decir y no pude, porque las palabras me llevaron donde no sabía, era detenerme en la opinión distinta que sobre el paso del tiempo tiene un niño y un adulto. Mientras el pequeño se goza en el instante infinito y placentero de su juego eterno, el adulto ve correr el río del tiempo tan deprisa que no le da tiempo a disfrutar de sus aguas. Y nada de eso escribí yo aquel jueves.

1 comentario:

  1. En tu texto nos das, aparte del contenido de que somos escogidos por los libros, nos dices tus tretas de viejo sabio para seguir y seguir escribiendo. Habrá que em,ditar que figura somos si un círculo que vuelve o un laberitnto que se topa con los mismos caminos.... un abrazo querido amigo

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