miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sin título ni autor


541 Editores va a sacar una novela sin título ni autor. Esta idea en principio me parece iniciativa honrosa contra la engreída propiedad intelectual, más "propia" de escritores preocupados de su ombligo y de su haber, que del arte literario del que se autoproclaman paladines desinteresados.

Y lo que a primera vista parecía una proclama contra el canon de la Sociedad General de Autores, luego vino a ser argucia, operación mercantil a la caza de ventas, o de la promoción de un negro en la sombra a la espera de brevas maduras.

Nadie puede decir que es suyo el aire que corona de oro el Cerro del Corcovado, como tampoco Cervantes tiene la exclusiva del ablativo agente o de la proposición enunciativa; y encima sus herederos que cobren por ello. Y es que si así fuera, el obrero de la panadería del Eroski, además del sueldo base, debiera percibir un diezmo por cada barra engullida por sus clientes.

No digo yo que no me guste el que me lean, al contrario, me pirra; pero otra cosa, amigo lector, es que por su entrada en mi blog además de elogiarme, tuviera que ingresar un tonto tanto por ciento en mi cuenta.

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